miércoles, 30 de mayo de 2012

Soneto a Cristo crucificado



No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.


-Análisis métrico.
-Figuras literarias.
-Tema.
-Opinión.
-Creación.

¿Qué os ha parecido el soneto? ¿Pensáis que se trata de un poema religioso o amoroso? ¿O ambas cosas?
 ¿En qué corriente de la lírica renacentista lo incluiriais? ¿Por qué?

Mientras reflexionáis sobre ello, os propongo el siguiente trabajo de creación. Vamos a transformar este soneto para hacerlo nuestro. Debemos pensar en aquello que amamos, puede ser una persona: pareja, amistad, familiar, ídolo...; pero también puede ser algo que amemos: un deporte, una afición, un animal, o la propia Humanidad, la Naturaleza... Y vamos a intentar mantener en lo posible la misma estructura y el máximo número de palabras, cambiando solo lo esencial para que el poema tenga sentido, para que se nuestro especial soneto amoroso. Os animo a aventuraros en el ejercicio de la creación, que no deja de ser también un elevado acto de amor.

Podéis enviar vuestras creaciones en forma de comentario y serán publicadas en El Escritorio.

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