domingo, 14 de febrero de 2010

La nana de la cebolla (M. Hernández)


Este es uno de los poemas más tristes de Miguel Hernández. Lo podéis escuchar interpretado por Joan Manuel Serrat en el primero de los discos dedicados al poeta.

Nanas de la cebolla
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchaba de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan lato,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa ni
lo que ocurre.

Compuso este poema desde la cárcel, donde esperaba ser ejecutado, como respuesta a una carta que había recibido de su mujer, Josefina Manresa, en la que le contaba que lo único que tenía para alimentarse era pan y cebolla. Su primer hijo había fallecido un año antes.

A continuación podréis leer las palabras que escribió a su mujer el 1 de septiembre de 1939 desde la cárcel de Torrijos de Madrid, recién finalizada la guerra civil española:

"Estos días me los he pasado cavilando sobre tu situación, cada día más difícil. El olor de la cebolla que comes me llega hasta aquí, y mi niño se sentirá indignado de mamar y sacar zumo de cebolla en vez de leche. Para que lo consueles, te mando esas coplillas que le he hecho, ya que aquí no hay para mí otro quehacer que escribiros a vosotros o desesperarme..."

Podéis leer la carta pinchando sobre el siguiente enlace:

Carta dirigida a Josefina Manresa el 12 de septiembre de 1939





4 comentarios:

Pilar Turiso dijo...

Hola, Pilar.
Por casualidad he visto tu blog a través de El sabor de las cerezas. Me parecen muy interesantes
algunas propuestas que haces.
Te dejo el enlace del blog de mi departamento por si te quieres pasar.
http://aloscuatrovientosnit.blogspot.com/2009/11/blog-del-departamento-de-castellano.html
Enhorabuena y un abrazo.
Pilar

Damian Seara Lifante 1esoB dijo...

la poesia es un poco triste

@pilarvicentecast dijo...

Hola, Pilar,
qué sorpresa y qué alegría verte por aquí. Todo un honor. He visitado vuestro blog y seguro que lo haré más veces. Muchas gracias y un fuerte abrazo. Saludos al departamento.

Unknown dijo...

Hermosa,tierna y dramática.Lastima de nuestros Hernandez ,Lorca y otros asesinados.Maldita guerra.
Jose Antonio Zaragoza Alcover.






JoseAntonio Zaragoza Alcover.


Hermosa,tierna y dramática,Lastima de nuestros Hernadez,Lorca y otros asesinados.Maldita guerra.